La capacidad de amar se cultiva desde la familia, en el entorno cultural-social que nos nutre. Nutre o envenena, nos confunde o reconduce con un tipo de mentalidad que hemos mamado, con sus "cimientos o principios cuestionables".
Realmente ¿amamos a nuestros hijos o los poseemos?, ¿ tenemos ancho corazón y capacidad de comprensión para esas "ovejas descarriadas"?
Esta peculiar forma de reflexionar, está basada en los 7 Principios o Leyes Espirituales que provienen de la SABIDURÍA MILENARIA que ha podido llegar a estos tiempos y medios ( recopilación de enlaces en este blog), que como toda Ley se somete a interpretaciones de quienes la han usado con mejor o peor intención.
Hoy día se siguen repitiendo mucha clase de injusticias, atropellos morales, que ponen a prueba la calidad humana. Cada cual tiene su responsabilidad consigo mismo y con los demás, con la sociedad y por ello: ¿Qué es lo mejor que se puede hacer?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
COMENTO Y APORTO